«Frustración de Israel, las muchas que le esperan a los fines expansionistas y criminales de la entidad sionista en su conjunto, pero, en particular, del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, en Palestina, Líbano, Siria, o donde sea, tiene que ver con la lucha del general Soleimani y también con las repercusiones de su martirio”, destacó el politólogo Juan Alberto Sánchez Marín, en entrevista concedida a HispanTV.
Sánchez Marín subrayó que la proyección del Eje de la Resistencia, en buena medida, es obra de las acciones antiterroristas del general Soleimani. Y enfatizó que el legado del mártir Soleimani es el desarrollo, la fuerza y la consolidación del Eje.
El excomandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, cayó mártir en un ataque con drones estadounidense el 3 de enero de 2020 en Bagdad, la capital iraquí.
Esta es la transcripción completa de la entrevista:
Qasem Soleimani, frustración de Israel y símbolo de resistencia
CRISTINA LEIVA (HispanTV): Uno de los fragmentos del discurso del Líder de Irán, en vísperas del aniversario del martirio del teniente general Qasem Soleimani, es la prolija actividad en pro del Eje de la Resistencia, la defensa de la región ante el terrorismo. Una conexión sin precedentes con los pueblos de Asia Occidental.
¿Cómo ha impactado este legado en las guerras que ha lanzado Israel contra Palestina, Líbano, Siria, incluso, las mismas provocaciones contra Irán?
JUAN ALBERTO SÁNCHEZ MARÍN (dXmedio): Son varios los elementos que me parecen interesantes de considerar ahí.
Claramente, creo que el legado del teniente general Qasem Soleimani es mayúsculo. El desarrollo, la fuerza, la consolidación, pero, también, la proyección del Eje de la Resistencia, en buena medida, es obra de la acción antiterrorista del teniente general.
Frustración de Israel, al igual que las frustraciones que vendrán para la entidad sionista, las muchas que le esperan a los fines expansionistas y criminales de Netanyahu y del régimen israelí, en Palestina, en Líbano, en Siria, o donde sea, tienen que ver con la lucha que una vez libró el teniente general Qasem Soleimani. Y tienen que ver con la repercusión y el impulso que representó su propio martirio.
El asesinato del general Qasem Soleimani es un reconocimiento incuestionable del apoyo estadounidense al terrorismo. Porque eso, no otra cosa, es asesinar a quien se distinguió por luchar, justamente, contra las más abyectas fuerzas terroristas de Asia Occidental.
¿Qué clase de nación, de país, de élite, es aquella que conforma y financia agrupaciones terroristas de toda clase en bien de sus intereses, y cuyo Gobierno asesina al principal luchador contra el terrorismo, a su vez, mediante un ataque terrorista?
Pues creo que no cabe la menor duda de que su dirigencia, sus élites gobernantes, han hecho de esa nación una nación terrorista. Y eso es EE. UU., sin lugar a dudas.
El mártir Qasem Soleimani… Bueno, mártir, porque no otra cosa puede ser quien dio la vida por la tranquilidad y la conciliación en una de las regiones más candentes del planeta. Él fue asesinado. Su presencia física pudo ser suprimida por los enemigos de la paz. Sin embargo, con ese sacrificio, la figura del general alcanzó una dimensión inconmensurable y una proyección no calculada por los enemigos, por sus asesinos.
De hecho, es un símbolo de resistencia que trasciende fronteras, las de Irán, las de los países donde luchó, las de la propia Asia Occidental. Y se ha convertido en un referente de carácter global en las luchas de resistencia y liberación.
Donald Trump, asesino de la paz
CL: El Líder de Irán insiste en que la sangre de los mártires, como Qasem Soleimani, entre ellos, no se ha derramado en vano. Su sacrificio y la lucha de los combatientes en la región mantienen viva la resistencia, y dice que al final vencerán.
Pero, señor Sánchez Marín, no podemos olvidar que este 20 de enero vuelve a asumir el autor intelectual del asesinato de Soleimani, Donald Trump. ¿Veremos a este señor, algún día, comparecer ante la justicia, y, tal vez, veremos el fin de la influencia, o del intento de influir, de EE. UU. en la región de Asia Occidental?
JASM: La respuesta, en mi criterio, es específica. No va a comparecer jamás ante la justicia un asesino como el próximo presidente estadounidense.
Existe un grueso velo de impunidad que siempre cobija a este tipo de aventureros y criminales. Nunca ha sucedido lo contrario, porque entonces tendría que pagar culpas toda la larga lista de expresidentes y altos funcionarios estadounidenses. Los crímenes que todos han cometido son de proporciones enormes.
Pero la influencia de EE. UU. sí va a menguar. Está menguando, de hecho, y cada vez va a ser menor. Es el resultado, la consecuencia de haber cometido tantas fechorías, no solo en esa región, sino en buena parte del globo.
Sí, en efecto, en veinte días, el señor Donald Trump asume la presidencia estadounidense. Nos lo han presentado como un hombre de paz, opuesto a la guerra. Para algunos, lo es en comparación con el resto de presidentes guerreristas de la potencia en los tiempos contemporáneos.
En realidad, se trata de argumentos falaces más propios de campañas embaucadoras, que ciertos.
Donald Trump no es un hombre ni de entendimiento ni de paz. Simple y llanamente, es un criminal más al frente de EE. UU., y, eso sí, es un asesino de la paz.
Trump, como él mismo lo ha reconocido, firmó la orden de la ejecución extrajudicial del general Qasem Soleimani. Y quien asesina a un hombre que toda la vida luchó por la paz, contra el terrorismo, contra las fuerzas imperialistas, no es ni puede ser un hombre de paz, sino alguien proclive a la muerte, la inestabilidad y el caos.
La lucha de Soleimani, sin duda alguna, es artífice de la actual frustración de Israel.