Por: Juan Alberto Sánchez Marín

Represión en Colombia-Táctica del Gobierno

Represión en Colombia-Táctica del Gobierno colombiano frente a la ola de movilizaciones en su contra. Los jóvenes son asesinados en las calles.

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Represión en Colombia-Táctica del Gobierno. Iván Duque, en medio de una crisis generalizada y de las protestas multitudinarias, no encuentra otro camino que el de someter con ferocidad las manifestaciones.

Para hablar acerca de la grave situación por la que atraviesa Colombia, el periodista y analista internacional Juan Alberto Sánchez Marín dialogó con Juan Carlos Rozo, de Hispantv, en el programa “El Porqué de las Noticias”. 

En dXmedio transcribimos apartes de la entrevista efectuada el pasado martes 3 de mayo.

¿Un Gobierno sin gobernanza?

Colombia sufre un síncope total, económico, financiero y monetario. El país está colapsado. ¿Y eso qué es? Eso es desigualdad, injusticias, hambre, miseria, violencia desenfrenada, muerte.

Hemos llegado a este punto porque hay una enorme indolencia por parte de la clase que está al frente del país. Una clase de terratenientes, y de cacicazgos locales y regionales, que detentan el poder desde hace mucho. Sectores que, además, ejercen la autoridad legal del mismo modo que la ilegal.

Es una clase de rufianes, con apellidos ilustres y grandes posesiones, enseñada a ver, en las personas humildes, peones, y en los trabajadores, vasallos.

El uribismo está asustado

El uribismo está asustado. Porque saben que van a perder el poder. Álvar Uribe Vélez ya lo perdió. Y la admiración por ese ídolo de barro engañoso, criminal, se está transformando en odio, en mucha rabia. 

Es un poder que conservan no más de nombre. Duque permanece en la Casa de Nariño en el laberinto de su estupidez, de la falta de personalidad y carácter, y de su absoluta ausencia de entereza.

Uribe, por su parte, se mantiene en el agujero de su mezquindad, de su perversidad y delincuencia. Y ese partido de delincuentes, de usurpadores de tierras, de corruptos y facinerosos, q se tenga fino.

Aquí no estamos ante una protesta puntual o una incomodidad pasajera. Creo que está ocurriendo algo que al país le hacía falta desde hacía mucho tiempo. 

Consecuencias de un abuso inverosímil

Desde las épocas coloniales, Colombia soporta unas élites criollas, tan desconectadas de la tierra que habitan, como infames. Tanto, que en cierto momento fue más próximo y favorable para los indígenas el rey de España que estas oligarquías locales.

Pero es debido, precisamente, a la saña y a los extremos inverosímiles a los que el uribismo ha llevado el abuso que empieza a percibirse un cambio. Una variación que es social, política, esencial, cultural. 

En otras palabras, es una transformación que se presenta gracias a su ceguera y avaricia, a la forma vil de gobernar y someter a la población. Algo que le pone difícil el futuro a los personajes que detenta ahora el poder, y cuya reacción ha sido la de masacrar a la población. y desaparecer y judicializar a los inconformes. La represión en Colombia: táctica de un Gobierno debilitado, pero muy cruel.

¿Qué deja ver la reforma tributaria? ¿Va por los trabajadores?

Aquí se va por todos los sectores desatendidos del país. La intención que patentiza este intento de reforma tributaria recién hundida es que la clase media y los sectores humildes cubran todas las cargas del país. Que respondan por lo que los sectores pudientes, ante todo, el financiero, pudieran haber dejado de ganar.

Eso incluye, pues, al grueso de la población, a los trabajadores, a los campesinos, y a los llamados emprendedores, tan engañados con el cuento de la economía naranja de Duque.

Se trata, pues, de cubrir unos huecos fiscales hechos por él y por sus antecesores fastidiando a las mayorías de una población contra las cuerdas. Para beneficiar a poderes económicos, pero también políticos, que requieren aceitar maquinarias en tiempos electorales. 

¿Diálogos como estrategia de Duque?

El diálogo es necesario, no es opcional, y es urgente. Tiene que ser, además, un diálogo cierto, no una charada ni una nuevo engaño. 

Duque, su partido, y esa élite criminal que gobierna no le han dejado al país sino el camino de hacerse matar a balazos en las calles, en las marchas. Mejor dicho, antes de que ese mismo Gobierno lo mate de hambre, de pandemia. O a punta del paramilitarismo y de las pandillas de narcotraficantes.

Duque no tiene sino la opción de mermarle  a esa soberbia que lo caracteriza. La que le ha impedido reunirse con los indígenas masacrados del Cauca, incluso, hallándose a pocos kilómetros. Y la que le permite sentarse cómodo con dos o tres líderes para acordar cosas que jamás cumple.

Mandatario de mentiras

Pero tampoco se trata solamente de que su única opción sea el diálogo, porque se sientao lo tumban. Porque lo tumba el pueblo, o lo tumban los militares, o lo tumba su propia casta política, de malandrines y traidores. Empezando por su jefe Uribe, un frentero de palabra, que tira la piedra y esconde la mano.

Más allá de eso, es que Duque desperdició la pequeña ocasión que en algún momento tuvo de pasar a la memoria del país como un presidente de verdad. Porque lo que ha hecho es ser un buen paje, un buen sirviente, pero un funesto presidente, un mandatario de mentiras.

Ojalá que la Justicia de aquí, o de donde sea, actúe y lo enjuicie. Pronto, para que sirva de ejemplo. Y que hechos como este, figuras como esta, tercerizadas, no se vuelvan a repetir en la historia de este país.

Represión en Colombia-Táctica del Gobierno Duque

Lo cierto es que ahora Duque está más debilitado que nunca. Mucho decir, en un Gobierno que perdió el poder desde el momento mismo en que lo asumió. La gobernabilidad de Duque se ha basado en los cálculos electorales, políticos, económicos y mafiosos de Álvaro Uribe. El jefe admirado, muy dañino para él y aún más nocivo para el país entero.

Represión en Colombia: la táctica obvia e inmediata a la que recurren los gobiernos cobardes. A Duque, por supuesto, la imaginación no le da para más. Su debilidad le impide quebrar la sumisión a las fuerzas que lo pusieron ahí.

La falta de grandeza de Duque le alcanzará para ser un criminal más entre los tantos cuyas imágenes cuelgan en el vestíbulo («hall») de los presidentes, en la Casa de Nariño. Maleantes cuyas guapezas hinchan la historia patria colombiana.

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Revolución contra la violencia falta en Colombia.

Foto del autor
Juan Alberto Sánchez Marín. Colombia. Periodista/analista. Cine /TV. Catedrático. Consultor ONU. Telesur, RT, Señal Col, HispanTV. Dir: dXmedio.

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