Esfumación
Del costado partió, a bordo del alma huyó.
En la piel se hizo fantasma; en los ojos, agua.
Se alejó sin dar un paso, sin deshacer ninguna huella.
Distante latió su corazón desbocado.
El rostro aterrado gravitó como una queja.
Sin presencia, sus brazos me envolvieron.
Encendió un vacío que fue grito a todo pulmón,
no se reveló ningún adiós.
En el desliz, la ola que se va.
La esperanza desalojó los adentros.
Marchitas todas las frescuras.
No ha vuelto. No más esa ternura lenta
que cubría con mis hojas de árbol viejo
para ingeniar la esperanza.
No vuelve, tal vez, porque luego de la ráfaga
fue de mí la silueta que cayó de bruces al lado.
Tomado de: Ciertas cintas de espanto (libro inédito).